Son muchos los enfoques que pueden tenerse sobre el arte de la poesía. Uno en particular la eleva al grado más superlativo del lenguaje. Así que se puede decir que los grandes protagonistas dentro de la poesía son los elementos fundamentales de la lengua.
La sintaxis, la gramática y la semántica son los tres componentes que conforman la lengua, el idioma o como gustes definir; pues, para lo que nos compete no debemos tomar a la lengua como simple mecanismo comunicativo, en este caso, nos llevará un poco más allá.
Como bien sabemos la poesía es un arte y así como la pintura se vale de mezcla y combinación de los pigmentos necesarios para crear color… Así como también existe infinidad de instrumentos con innumerable diversidad de timbres y sonidos para crear música, así mismo, y bajo esa misma premisa, debemos ver los elementos de nuestra lengua como meras herramientas que nos permitan construir, diseñar y crear.
Estos elementos son la neuralgia del arte poético. No existe la eternidad para un poema sin la lengua escrita, la oralidad termina por desvanecerse; es por ello que es inaudito pensar que se puede evadir o prescindir de sus organismos vitales: la gramática, la sintaxis y la semántica. Si escribes algo debes tomar en cuenta estos tres elementos.
Hoy vamos a dedicar este post a ciertos elementos propios de la gramática castellana. No es que no se abordarán el resto, pero, por hoy, creo que dedicarle el tiempo a éstos, prima sobre cualquier otro. ¿Por qué? Pensarás, y la respuesta está en un hecho público y notorio.
Recuerdo alguna vez que un profesor me inquirió diciendo que jamás debería realizar ninguna observación o denuncia sin tener pruebas del hecho. Pero en este caso las pruebas están en todos lados. Basta con girar la vista y te darás cuenta de que la coma se ha fugado, que asesinamos las tildes y que, cada día, desmantelamos nuestra propia lengua (Eso sin mencionar: x,@ y la e; ustedes me entienden).
He visto con dolor como grandes y hermosos poemas, mucho más allá del fondo y su estructura, fallan y se envilecen por faltas de ortografía y gramática.
¿Quieres ejemplos? Eso si no voy a darte, porque no seré quien tome la obra de otro para señalar tales falencias. Recomiendo te eches una pasadita, así, casi de incognito por algunos sitios de poesía y verás —espero que con horror —de lo que hablo.
Es sumamente triste tener algo tan maravilloso en las manos y que termine destazado por un manejo irresponsable, pueril y …(me lo reservaré) de la lengua.
Hay un caso puntual, y creo que se debe a la versificación, no estoy seguro…
Puede ser resultado de la ignorancia… No lo sé… En fin… Divago.
El punto es que se suprimen o simplemente no se colocan las comas y los puntos… y cualquier otro signo de puntuación, es que no usan ninguno. No los hay. Verso a verso ves cómo se encadenan frases y frases y la coma no aparece, el punto ni se asoma —y ni te digo del punto y coma; que es que si aparece es donde no va (cómo en este caso) —simplemente han desaparecido.
Se sabe, y esto nos lo atrancan día a día en la escuela repitiendo como una letanía que los signos de puntuación le dan sentido al texto o nos ayudan a darle sentido. También se dice que son los que permiten la unión coherente de ideas dentro de un párrafo y mil millones de definiciones que al final llegan al mismo punto: el sentido.
El sentido dentro de una frase, un párrafo y texto —sin importar su naturaleza —lo es todo.
“Si, te quiero” no es lo mismo que “Si te quiero”: el primero es una afirmación mientras que el segundo es condicionado; puede que te quiera dependiendo de ciertas circunstancias, así que es prudente esperar algún pero si la coma no está después de la afirmación.
La construcción de un verso no necesita que omitamos los signos de puntuación ¿por qué habríamos de hacerlo? Fíjate en este ejemplo:
“¿Y qué…?
Si, aun yo te extraño.
Y te extraño por lo que no fuiste,
y te extraño por lo que no diste,
y eso es lo que más duele.”
Como habrás notado hay tres signos de puntuación en ese cuarteto. Imagina que lo suprimimos.
Y qué
Si aun yo te extraño
y te extraño por lo que no fuiste
y te extraño por lo que no diste
y eso es lo que más duele.
¿Me dirás que el sentido no ha cambiado?
¿Estás seguro o segura o segurxs?
Léelo nuevamente y me cuentas aquí, abajito, en los comentarios.
Recuerda, y esto mejor que te lo grabes a fuego, que aparte de la rima y la métrica la poesía también requiere de musicalidad. La melodía nace de la entonación de cada verso ¿Puedes imaginar una partitura sin líneas en el pentagrama? sería simplemente ritmo y nada más… No reconocerías una canción ni por accidente.
Es lo mismo en la poesía. Si dejas todo a la métrica sin preocuparte por la melodía no tendrás más que ritmo. La música se esfumaría en la constitución binaria y monótona del habla común. Y es que ni en el habla común hay tanta univocidad. Se necesita de los tonos expresivos para que el sentido y la intención de lo que deseas escribir surja y se derrame en todos los ojos que pasen por tu poesía.
Puedes o no estar de acuerdo en mucho de lo que he dicho, pero no podrás negar la necesidad de sentido, de lógica, sobre todo en esta época de arbitrariedades y un sentido común inerte.
Vamos que no se trata de violar el libre pensamiento y nada de eso, es que la gente no te entiende y no lo podrá hacer si no usas correctamente los signos de puntuación.
Que te escribo: vienes.
¿Qué hago?, ¿te pregunto?, ¿te ordeno?, ¿qué?
Vale… Hasta la próxima.
José J, Acevedo
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El sentido real de lo que se escribe, de eso se habla cuando se le da el uso correcto a los signos ortográficos, necesarios para llegar con las palabras, a la comprensión de lo que expresamos. Queremos ser entendidos. Es así caballero.
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No soporto las faltas, más en la actualidad, cuando tan fácil es evitarlas.
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¡Maestro! Un gusto saberle por acá. Lamento no haberle agradecido antes, pero usted sabe como es esto; se intenta seguir el paso pero la velocidad abruma. Gracias por detenerse en el artículo.
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Más bien aprendiz de todo y maestro de nada.
Sé lo que esto y soy de los que suelen responder con retraso.
Un placer. Mis mejores deseos.
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